El Autor
La memoria. La magia. La poesía.
Entre mis primeros recuerdos, la bolsa fotográfica de mi padre con sus Nikon, objetivos, flashes, carretes y su carnet de prensa. Al volver de la calle, la atmósfera creada por la bombilla roja y el olor de los químicos impregnando el aire de ese pequeño cuarto. Terminar, pulsar el interruptor sintiendo las mismas cosquillas que aún hoy siento.
La magia. Mamá sumergiendo en el revelador de la memoria un folio y, a mano y con tachones, sacar fotografías horizontales escritas en renglones. Leerlas, ser consciente de que hay cosas que no tienen precio.
La poesía. Nunca tuve paciencia para escribir mas allá del poema o del relato corto: aprendí a concentrar lo que soy y lo que amo en un solo disparo. La vida, el crepitar de la chimenea, el olor a tierra mojada en las largas tardes de invierno. Llueve y la imagen que sostengo en mis manos me confirma que el tiempo no existe.
Sigo usando película en blanco y negro con mi Leica. Sigue pareciéndome estar cerca del paraíso el silencio de un laboratorio o el de una biblioteca, ver salir imágenes del papel en los dos casos. Sigo tratando de darle tridimensionalidad a cada página que leo, a cada página que escribo. Fotografío con la certeza de quien sabe que guarda en una imagen trocitos de la vida. Es hermoso.